La depresión crónica puede ser una enfermedad grave que afecta la vida de muchas personas. Si bien hay tratamientos disponibles para aliviar los síntomas, a veces esto no es suficiente y se necesita una solución más permanente. Por ello, el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) ofrece la posibilidad de solicitar una Incapacidad Permanente. Esto significa que aquellos con diagnóstico clínico de trastorno depresivo mayor o síndrome ansioso-depresivo podrán acceder a beneficios como la jubilación anticipada si cumplen ciertos requisitos.
Para obtener este reconocimiento, es necesario demostrar que el trastorno ha sido recurrente y persistente durante varios meses y que todas las opciones terapéuticas han fracasado.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno mental común que afecta el estado de ánimo, los pensamientos, el comportamiento y la salud física. Puede ser leve o grave, temporal o duradero. La mayoría de las personas experimentan algunos síntomas de depresión en algún momento de su vida.
Los síntomas más comunes son sentimientos prolongados de tristeza, pérdida del interés por actividades antes disfrutadas e incluso problemas para dormir bien. Otros síntomas incluyen cambios en el apetito, fatiga constante, dificultad para concentrarse y pensar claramente y sensación generalizada de desesperanza.
¿Cuándo se considera que una depresión es crónica?
Cuando los síntomas persisten durante más tiempo (más allá del período normal después del que una persona experimenta un evento traumático) se considera crónica. Esto significa que ha existido por lo menos dos semanas consecutivas sin mejoría significativa en los síntomas principales asociados con la depresión: tristeza profunda, pérdida del interés o placer, cambios notables en el peso u otros hábitos alimenticios, insomnio persistente o excesivo sueño, agitación motora anormalmente lenta, fatiga extrema, sentimientos exagerados de culpa o vergüenza, incapacidad para concentrarse e indiferencia ante todo lo demás.
Tipos de Incapacidad Permanente por Depresión
Incapacidad Permanente Total
Cuando una persona sufre de depresión y no puede desempeñar sus tareas laborales con normalidad, hay varias circunstancias en las que se le reconocerá la IPT (Incapacidad permanente total). Por ejemplo, si el trabajo implica riesgo para terceros como armarse (profesionales del cuerpo de policía, personal de seguridad…) o conducir vehículos pesados como los camiones. También cuando las actividades son altamente exigentes mentalmente o estresantes como quienes trabajan en la banca.
Incapacidad Permanente Absoluta
La incapacidad permanente absoluta por depresión se refiere a una condición en la que el trabajador no puede realizar ninguna actividad laboral con normalidad debido a los síntomas y su afectación. Esto significa que, si bien hay posibilidades terapéuticas para curarla, estos tratamientos no son suficientes para permitir al solicitante desempeñarse de manera efectiva en un puesto de trabajo.
Por lo tanto, cuando se le reconoce una incapacidad permanente absoluta por depresión depende principalmente del cumplimiento de los criterios generales de la misma. Estos incluyen que la patología sea crónica y recurrente, así como que ya no existan posibilidades terapéuticas para su curación. Si todos estos requisitos se cumplen entonces es probable que el solicitante reciba el beneficio correspondiente.
Incapacidad Permanente de Gran Invalidez
Para recibir este complemento de gran invalidez, los síntomas deben cumplir ciertos criterios: además de cumplir los requisitos para la absoluta, el grado de depresión o los síntomas asociados deben ser muy graves. Esto significa que la persona necesita supervisión constante para evitar autolesiones o tomar medicamentos correctamente.
Es importante destacar que este tipo de invalidez no es fácilmente otorgado; solo aquellas personas con casos extremadamente severos son elegibles para recibirlo. Por lo tanto, si usted sufre de depresión y desea saber si califica para obtener esta categoría particular de invalidez, lo mejor es consultar a un profesional calificado quien podrá evaluar sus síntomas y determinar si reúne las condiciones necesarias para solicitarla.
Grados de discapacidad por depresión
El grado de discapacidad asociada con la depresión varía según el individuo. Sin embargo, existen cinco clases principales de discapacidad por depresión que se utilizan para determinar el nivel de incapacitación y ayudar a las personas a obtener los recursos adecuados.
La Clase I es un grado leve en el que algunos síntomas aparecen como aislados pero no tienen un impacto significativo en la capacidad funcional del individuo. En este caso, el grado de discapacidad es 0%.
En la Clase II, la persona tiene capacidades para llevar una vida autónoma o su capacidad está levemente disminuida dependiendo del contexto sin tener en cuenta periodos determinados de crisis o descompensación. Esta clase permite mantener un trabajo normalizado y productivo excepto durante etapas donde hay mayor estrés.
Para aquellos con restricciones moderadas en sus actividades diarias (Clase III), incluyendo relaciones sociales y disminución en su habilidad laboral remunerada, solo podrán realizar tareas bajo supervisión o adaptarse a puestos laborales especialmente diseñados para ellos.
Los pacientes con graves restricciones (Clase IV) tendrán dificultad para realizar actividades básicas sin supervisión intermitente dentro y fuera del ambiente protegido; además presentan deficiencias importantes en concentración, continuidad y ritmo al ejecutar sus tareas laborales. Finalmente, aquellos con Clase V son totalmente incapaces para cuidarse sol@s mism@s o desempeñar cualquier tipo de trabajo necesitando constantemente apoyarse sobre otros/otras .
Referencias
- Concepto de depresión y depresión crónica: https://es.wikipedia.org/wiki/Depresi%C3%B3n