La jubilación por enfermedad mental se refiere al proceso de salir del trabajo antes de la edad normalmente asociada con la jubilación, generalmente entre los 65 y 70 años. En lugar de esperar hasta este punto, las personas pueden optar por solicitar una licencia anticipada si sufren de ciertos problemas mentales graves o crónicos. Esto les permite obtener beneficios médicos adicionales y recursos financieros para ayudarlos durante el resto de sus vidas.
¿Qué es una enfermedad mental?
Una enfermedad mental es un trastorno que afecta la forma en que piensas, sientes y actúas. Puede provocar cambios significativos en tu comportamiento, estado de ánimo y habilidades para funcionar diariamente. Las personas con problemas mentales tienen dificultades para realizar sus actividades normales como el trabajo, las relaciones sociales o incluso el cuidado personal.
Existen muchos tipos de trastornos mentales diferentes, desde depresión y ansiedad hasta trastornos delirantes o esquizofrenia. Estos problemas pueden ser causados por factores genéticos o ambientales, pero también se han descubierto algunas condiciones biológicas subyacentes que contribuyen a los trastornos mentales.
Los síntomas varían dependiendo del tipo de trastorno mental; sin embargo, hay algunas manifestaciones generales comunes entre todos ellos: pensamiento distorsionado (por ejemplo creer cosas falsas), alteración del humor (sentimientos persistentemente negativos) y disminución de la capacidad para funcionar normalmente (dificultad para llevarse bien con otros).
¿Qué enfermedades mentales son susceptibles de una incapacidad permanente?
Esta es una pregunta que muchas personas se hacen, y la respuesta no siempre es sencilla. En nuestro país, los tribunales han reconocido algunos trastornos mentales como merecedores de una pensión por incapacidad permanente.
Entre estas enfermedades se encuentran la depresión mayor, el trastorno bipolar, el trastorno límite de personalidad (TPL), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Todos estos padecimientos tienen efectos significativamente negativos sobre la vida diaria del individuo afectado y suelen limitar su capacidad para desempeñar sus actividades profesionales habituales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada caso es único y depende del grado en que los síntomas afectan al individuo para determinar si éste será o no considerado apto para recibir una pensión por incapacidad permanente. Por lo tanto, antes de solicitarla es importante acudir a un profesional sanitario con experiencia en este tipo de situaciones para evaluar correctamente tu condición actual.
Ejemplos de pensión de incapacidad permanente por enfermedad mental
Ejemplo de una incapacidad permanente de gran invalidez
Un ejemplo hipotético de una persona que puede obtener una incapacidad permanente de gran invalidez por enfermedad mental es el caso de María, quien también sufre de trastornos mentales severos. Además, María tiene problemas auditivos y motores graves, así como síndrome ansioso depresivo. Estas condiciones hacen que necesite ayuda para realizar las tareas más básicas del día a día y control para tomar sus medicamentos. Por esta razón, es viable la concesión de una gran invalidez para María.
Ejemplo de una incapacidad total por enfermedad total
Un ejemplo similar para un enfermo mental que puede obtener una incapacidad permanente total es el de Miguel, quien sufre de trastorno bipolar crónico. A Miguel le resulta imposible realizar cualquier tipo de actividad laboral debido a los altibajos emocionales y la falta de concentración que experimenta durante sus episodios maníacos o depresivos. Estas características han hecho imposible para Miguel seguir con su puesto actual como contable, por lo que ha decidido solicitar una incapacidad permanente total.
¿Cuánto cobraría una persona con incapacidad permanente por depresión?
Si la incapacidad permanente que te han reconocido es de gran invalidez, además de la cuantía que percibirías con la pensión de incapacidad permanente absoluta, puedes cobrar desde un complemento del 45% mínimo hasta un 90% aproximadamente.
¿Cómo se valora el grado de discapacidad de una enfermedad mental?
Los trabajadores tienen derecho a solicitar la valoración de su discapacidad, antiguamente conocida como grado de minusvalía. Esta valoración es realizada por Equipos de Valoración y Orientación (EVO). La misma puede permitirles acceder a derechos sociales y/o solicitar indemnizaciones si su incapacidad fue causada por un accidente laboral o un accidente automovilístico.
Existen cinco grados diferentes para medir el nivel de discapacidad:
- Clase I 0% de discapacidad.
- Clase II 1-24%.
- Clase III 25-59%.
- Clase IV 60-74%.
- Clase V más del 75%.
El proceso para determinar el grado adecuado depende en gran parte del tipo específico de enfermedad mental que presenta el paciente. Por ejemplo, algunas condiciones mentales crónicas tales como la depresión severa o la esquizofrenia pueden ser evaluadas utilizando pruebas estandarizadas diseñadas para medir los síntomas físicos y emocionales asociados con estas patologías.
Además, los profesionales médicos también toman en cuenta otros factores importantes como las limitaciones funcionales diarias experimentadas por el individuo debido a su condición mental. Está información se obtiene generalmente durante entrevistas clínicas detalladas con el paciente y sus familiares inmediatos. Una vez que toda la información pertinente ha sido recopilada, los profesionales médicos pueden decidir qué grado le correspondería al paciente basándose en criterios establecidos previamente.